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Mostrando las entradas etiquetadas como Insomnio

Tu Fantasma

Me decido a tararearte todo lo que se te extraña desde el siglo en que partiste hasta el largo día de hoy. Me acompaño de guitarra porque yo no sé de cartas y además ya tú conoces que ella va donde yo voy. Lo único que me consuela es que uso dos almohadas y que ya no me torturo cuando te hago trasnochar. Otro alivio es que en su árbol los pajaritos del alba siguen ensayando el coro con que te bienvenirán. El teléfono persiste en coleccionar absurdos. Embromarme sigue siendo un deporte universal y la puerta está comida donde la ha golpeado el mundo, cuando menos una buena parte de la humanidad. El cine de enamorados tuvo un par de buenas pistas. Nuestro cavaret privado sigue activo por su bar. Se nos sigue desangrando la llave de la cocina y yo sigo sin canciones, habiendo necesidad. Pueden ser casualidades u otras rarezas que pasan pero donde quiera que ando todo me conduce a ti. Especialmente la casa me resulta insoportable cuando desde sus rincones te abalanzas sobre mí. No exagero

Noche II sin ti

Sobre las 12 de la noche recogí la tendedera o, mejor dicho, casi toda; esa ropa reciclada que compraste y acabarás por no ponerte nunca, que trajiste tan solo para alimentar el reguero y que hay que lavar siempre porque las moscas vuelan o porque la salamandra se rascó la nariz… esas carcasas con eterno olor a escaparate tienen especial talento para quedarse húmedas. Y nada, dormirán fuera esta noche también y la de mañana y la otra… hasta que se sequen sus putos cuellos o, mejor, hasta que me acuerde. Debe ser que estoy sensible porque el calzoncillo que te dije sigue sin aparecer. Aprovechando que no estás, agarré tu guitarra. No te gusta, dices que la desafino, que sientes muchas cosas por ella y que te devuelve a los tiempos de la calle G, cuando la llevabas para hacerte la bohemia delante de los imbéciles de turno. Eso es lo bueno de que no estés: puedo tomar tu guitarra cada vez que me dé la gana. La necesito para hacerme el fresa conmigo mismo. Enfurécete, no me importa