Ir al contenido principal

Tu Fantasma





Me decido a tararearte todo lo que se te extraña

desde el siglo en que partiste hasta el largo día de hoy.

Me acompaño de guitarra porque yo no sé de cartas

y además ya tú conoces que ella va donde yo voy.


Lo único que me consuela es que uso dos almohadas

y que ya no me torturo cuando te hago trasnochar.

Otro alivio es que en su árbol los pajaritos del alba

siguen ensayando el coro con que te bienvenirán.


El teléfono persiste en coleccionar absurdos.

Embromarme sigue siendo un deporte universal

y la puerta está comida donde la ha golpeado el mundo,

cuando menos una buena parte de la humanidad.


El cine de enamorados tuvo un par de buenas pistas.

Nuestro cavaret privado sigue activo por su bar.

Se nos sigue desangrando la llave de la cocina

y yo sigo sin canciones, habiendo necesidad.


Pueden ser casualidades u otras rarezas que pasan

pero donde quiera que ando todo me conduce a ti.

Especialmente la casa me resulta insoportable

cuando desde sus rincones te abalanzas sobre mí.


No exagero si te cuento que le hablo a tu fantasma,

que le solicito agua y hasta el buche de café.

En días graves le he pedido masajes para mi espalda.

Los peores ni te cuento porque no vas a creer.


Hay días que en tu sacrificio acaricio tu fantasma.

pero, ¿dónde iba el delirio?. No oigo tu respiración.

Siempre termino en lo mismo, asesino tu fantasma

y la diana me sorprende recostado en el balcón.


Ya no sé si lo que digo realmente nos hace falta

hoy no es día inteligente y no sé ir mas allá

pero cuando puedas, vuelve, porque acecha tu fantasma

jugando a las escondidas y yo estoy muy viejo ya;

pero cuando puedas, vuelve, porque acecha tu fantasma

jugando a las escondidas y yo estoy muy viejo ya.

(Silvio Rodríguez)


***Gracias a Disamis Arcia por el puente***

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aquí estamos...

La chica de alquiler, el pelo en la mejilla, las nubes en los ojos, alguna que otra silla ; sillas que te invitan a mirar p’al la’o, la navaja de un tipo parte otro costa’o. Acostados en su trono están algunos tipos que te dicen: “Aguanta, lo peor no lo has visto”. Los ojos de tus hijos frente a las vidrieras, el café de un amigo, el canto de mi abuela. Oooooh, oooh, oooh jey ye la-la, oooooh, oooh, na na na ye la-la. Oooooh, oooh, oooh jey ye la-la, oooooh, oooh, na na na ye la-la. Aviones regresando con la pacotilla, nostalgias que regresan de la noche al día, los yumas tiran fotos donde más te humillan con lentes que no captan nuestra poesía. La prensa y la TV con la misma noticia: amanece Bagdad con una nueva herida. El mundo dando vueltas gira con la vida, de nuevo el mismo cuento de la bala perdida. Todo el mundo se pregunta quiénes somos y adónde vamos. A la luz a de los faroles, poetas y enamorados. Todo el mundo se pregunta quiénes somos y adónde vamos. Con los pies sobre l...

Canción del amigo

  Poco te recuerdo: Sin embargo, ahora, quiero elevar un canto enorme de palomas y cantar a tu regreso, que presiento durará un tiempo. Dos años ya es mucho, mucho tarda tu retorno. ______ Poema de Javier Heraud                                                                                                    A Degenhart Briegleb,                                                                                                   dégale para algunos   1 Caminamos mucho tiempo juntos, juntos l...

Incertidumbre de soldado

Soy soldado de una guerra sin saber ni el como ni el porqué, solo por haber nacido  donde nací. Cada día puede ser el último, cada día puede ser el primero.  He visto caer a los mejores guerreros y sobrevivir a los peores, he visto visto llorar a los más valientes y sonreír a los miedosos.  He visto quien no ha luchado nada y manda a todos, he visto quien muere luchando sin mandar a nadie.  Todos me dicen cómo luchar pero nadie me dice cómo ganar.  Ante mis ojos se desvanece la esperanza y surge mi instinto de supervivencia, nunca pensé llegar tan lejos, no quiero pensar que llegare hasta aquí. No sé por qué sigo luchando, no se si será mejor rendirse, no sé a quién escuchar ni por quién pelear.  Lo único que sé es que no quiero esta vida; quiero una vida... una vida digna de vivir. (José Orlando Cepero Gómez) Imagen: Pinterest