Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Noche

La perra, el trombón y la noche

Por Mario Ernesto Almeida  #CosasDeAmalia _____ El trombón suena tres veces al día: una hora después del almuerzo; luego, sobre las cinco o seis de la tarde; y a treinta minutos de haberse sucedido la comida. En el segundo margen de intentos, la perra estira las patas delanteras, dobla las de atrás y, hocico al cielo, busca afinar con los últimos agudos que emite, en cada ráfaga, el dichoso instrumento.  El trombón y los aullidos de la perra pueden sobrevenir, en realidad, a cualquier horario, pero solo coinciden en aquel donde la oscuridad comienza a asomar por la esquinas y en que las penumbras sedientas de luz, con sus fauces mojadas de leve rabia, insisten en acorralar al sol contra las lomas de allá, donde se ve el “borde” del mundo. Con tanta fiereza acorralan… que el sol –dicen que rey– continúa huyendo y por acá solo nos queda la noche y el trombón y la perra, con al menos un alarido parejo y coordinado entre los tres, después del cual, ya lo explicaba, se sigue ladrando, toc

Noche II sin ti

Sobre las 12 de la noche recogí la tendedera o, mejor dicho, casi toda; esa ropa reciclada que compraste y acabarás por no ponerte nunca, que trajiste tan solo para alimentar el reguero y que hay que lavar siempre porque las moscas vuelan o porque la salamandra se rascó la nariz… esas carcasas con eterno olor a escaparate tienen especial talento para quedarse húmedas. Y nada, dormirán fuera esta noche también y la de mañana y la otra… hasta que se sequen sus putos cuellos o, mejor, hasta que me acuerde. Debe ser que estoy sensible porque el calzoncillo que te dije sigue sin aparecer. Aprovechando que no estás, agarré tu guitarra. No te gusta, dices que la desafino, que sientes muchas cosas por ella y que te devuelve a los tiempos de la calle G, cuando la llevabas para hacerte la bohemia delante de los imbéciles de turno. Eso es lo bueno de que no estés: puedo tomar tu guitarra cada vez que me dé la gana. La necesito para hacerme el fresa conmigo mismo. Enfurécete, no me importa