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El problema

El problema no es/ si te buscas o no más problemas/ El problema no es/ ser capaz de volver a empezar/ El problema no es/ vivir demostrando/ a uno que te exige/ y anda mendigando... *** Oleo: "Tristeza", de Hans C. Franke Para Haroldo Miguel Luis Castro... un hermano. Tú me salvaste con la canción, yo apenas te puedo prestar la letra. El problema no es si te buscas o no más problemas El problema no es ser capaz de volver a empezar El problema no es vivir demostrando a uno que te exige y anda mendigando El problema no es repetir el ayer como fórmula para salvarse. El problema no es jugar a darse El problema no es de ocasión El problema señor sigue siendo sembrar amor. El problema no es de quien vino y se fue o viceversa El problema no es de los niños que ostentan papás El problema no es de quien saca cuenta y recuenta y a su bolsillo suma lo que resta El problema no es de la moda mundial ni de que haya tan mala memoria El problema no queda en la gloria ni en que falten tesón ...

Noviembre desde Huaraz. Diario de un Médico Cubano en Perú

*** El índice de letalidad al llegar era de 5 por ciento y, tras la intervención de los cubanos el este fue de 2,7 por ciento.*** Mural en Huaraz, Áncash, Perú. Foto del autor. Por: Dr. Mario Héctor Almeida Alfonso Si el callejón de Huaylas tiene la magia geográfica de marcar la diferencia entre la cordillera negra y la blanca, tiene también la suerte de contar con su capital Huaraz. El argot popular la identifica como “presunción” y… ¿cuánto de cierto –o no– puede haber en ello? El pueblo no se equivoca y cada apelativo dado a cada una de las ciudades del valle encierran una verdad.  Recuay Ladronera, Carhuaz Borrachera, Yungay Hermosura, Caraz Dulzura y Huaraz Presunción; esos epítetos y muchísimos más. Al llegar el viajero se sorprende, al andar descubre y al estar se enamora. Se ha trabajado tanto esta semana que solo hoy, robándole tiempo al sueño, con mucho deseo y poco oficio me siento a escribir. La vista es el reflejo del cansancio, se cruzan los renglones y no ayuda...

1956

Poema de Alberto Marrero (1) ***  El 18 de abril de 1956 ningún huracán atravesó la isla. Era miércoles y mi madre pujaba a las nueve y media de la noche mirando un punto que se dilataba entre sus piernas mientras mi padre trataba de pasar inadvertido en el pasillo (decía que un hospital era el lugar perfecto para atrapar a un hombre). En México un joven abogado organizaba con sigilo una pequeña expedición que meses después arribaría a una ciénaga de mangles y  mosquitos. Ese año Juan Ramón Jiménez recibiría el Novel de literatura y Nikita Jruschov leería el célebre “informe secreto” ante los indignados asistentes al XX Congreso. Mi madre era primeriza y el punto se convirtió de pronto en una cabeza que más tarde hubo que moldear para que alcanzara un poco de redondez. Cuando mi padre escuchó el primer berrido comprendió que ya sería inútil seguir fingiendo. Unos meses más tarde dejaría de circular para siempre la mejor revista literaria de la isla, fundada por  el mejo...

El extraño caso del ladrón de tierra

***  Hay quien roba comida, ropa, dinero, automóviles, motocicletas; se conoce, incluso, de los ladrones de ideas, de los usurpadores de palabras, del hurto forzoso y cruel de la inocencia… ¿pero tierra? *** Etereotipo del ladrón primermundista. Imagen: Reuters    A mi amigo Josué Benavides, físico y, por encima de todo, ladrón de tierra.   Hay quien roba comida, ropa, dinero, automóviles, motocicletas; se conoce, incluso, de los ladrones de ideas, de los usurpadores de palabras, del hurto forzoso y cruel de la inocencia… ¿pero tierra? Y no hablo del raptor de cuello blanco que trastoca propiedades y papeles, ni siquiera de los que a punta de pistola logan que la gente marche; no me refiero a la tierra como terreno, como espacio, finca; hablo de ella en su significado más puro, ese material desmenuzable del que – especifica la RAE – principalmente se compone el suelo natural. Hablo de tierra como ente “agarrable” con las manos, “ocultable” en bolsa, trasladable...

No, no siempre fui tan feo

Lo que pasa es que tengo una fractura en la nariz que me causó el tico Lizano con un ladrillo porque yo decía que evidentemente era penalti y él que no y que no y que no nunca en mi vida le volveré a dar la espalda a un futbolista tico el padre de Achaerandio por poco se muere del susto ya que al final había más sangre que en su altar azteca y luego fue Quique Soler que me dio en el ojo derecho la pedrada más exacta que cabe imaginarse claro que se trataba de reproducir la toma de Okinawa pero a mí me tocó ruptura de la retina un mes de inmovilización absoluta (¡a los once años!) visita al doctor Quevedo en Guatemala y al doctor Bidford que usaba una peluca colorada por eso es que en ocasiones bizqueo  y que al salir del cine parezco un drogadicto desvelado la otra razón fue un botellazo de ron que me lanzó el marido de María Elena en realidad yo no tenía ninguna mala intensión pero cada marido es un mundo y si pensamos que él creía que yo era un diplomático argentino hay que dar...

Resistencia genética

 Por: Mario Ernesto Almeida Bacallao Foto: Betty Images Tiene solo cinco años y lo han traído al parque. Ni la combustión interna de los camiones en el esfuerzo de salir cuando el semáforo se torna verde, ni los cláxones perdidos, ni los gritos neuróticos de “¡Pásamela! ¡Estoy aquí!” lo desvirtúan de su empresa. Poco más, poco menos de un lustro de vida y no se deja reprogramar. Lo trajeron con la esperanza de que en poco tiempo sueñe, como un loco, con violar el campo magnético que se ciñe bajo los tres palos; con desbrozar regates y fintas para dejar gente atrás… mareada; con lograr que el balón dibuje en el aire ese cambio de recorrido, ese efecto siniestro que descoloca a los porteros en el tiro libre. También quieren que sepa que Messi es un “animal”, que Neymar no volverá a hacer nada grande en su vida, que Cristiano fue un personaje presumido y narcisista de los “Marcatoons” y que existe una retahíla inmensa de nuevos nombres que prometen y parecen que sí y, sin embargo, p...

Cuando yo era poeta

Por: Mario Ernesto Almeida Bacallao Cuando yo era poeta Decía tú y yo  Como si fuésemos tú y yo lo grande, lo perfecto, Como si tú la Helena de todas las Troyas por venir, Como si yo un simple Héctor… Muriendo por la honra del ajeno. Por guion, jamás compartiríamos lecho, Pero más allá del drama histórico predestinado… ¿Quién sabe? A fin de cuentas, Estábamos en la misma escena: Tú eras linda y yo, entre los buenos, el mejor. Pero esos tiempos se fueron Y la poesía comenzó a valerme verga; Ni tú tan bella ni yo estoico, Al carajo las rimas perfectas Y la metría cuidadosa  Que por siglos embelesó al guion. Esta vez solo llegué asustadizo  Como el más sato de los perros, Te dije “todavía me gustas” Y tú pensaste: “¡yo quería un poeta!”. Pero los tiempos eran cada vez más duros  Y creíste que esto que tenías en frente  Era todo lo que había. Entonces, me besaste por primera vez.