Ir al contenido principal

Canción del amigo

 


Poco te recuerdo: Sin embargo, ahora, quiero elevar un canto enorme de palomas y cantar a tu regreso, que presiento durará un tiempo. Dos años ya es mucho, mucho tarda tu retorno.

______

Poema de Javier Heraud

 
                                                                                                 A Degenhart Briegleb,
                                                                                                  dégale para algunos
 
1
Caminamos
mucho tiempo
juntos,
juntos llegábamos
al colegio,
juntos dejábamos
la bicicleta,
peleábamos juntos,
hablábamos,
jugábamos,
reíamos
juntos
como siempre
y como ahora.
 
2
 Es imposible
 situarte
 exactamente.
 No
 recuerdo el
 preciso momento
 en que nos
 vimos,
 seguramente
 fue en las
 aguas mutuas de
 la infancia.
(Un banco, una
pequeña carpeta,
no sé).
Pero mucho tiempo
hemos andado juntos:
años que parecen
otoños fríos,
días como rayos,
fuegos como
imágenes.
 
3
Pero ya no me
acuerdo de ti.
Es claro
todos pueden
decirme,
que si lo
conocí tanto
tiempo, no
puede
haberse alejado
de mi lado,
aunque esté
ausente como
ahora.
Pero para mí no es así.
He visto rostros
levemente y
los recuerdo aún.
Pero dégale
pocas veces
aparece en mis
recuerdos:
hoy camino solo,
claro,
tengo
amigos
pero ninguno
como él.
 
  4
Compartimos muchas
cosas en el colegio:
a la vez empezamos
a escribir algunos
versos que luego
se hicieron poemas con
el tiempo.
El debe seguir
escribiendo como yo:
yo en mi suelo,
y él desterrado
voluntariamente
(bebiendo
fríos,
escupiendo nieve,
adelantando
el aliento por
el tiempo.)
 
5
Si tú supieras
qué difícil
es vivir entre
cadáveres,
qué difícil
caminar con
los ojos cerrados,
porque ya no se puede mirar.
Y aquí ( tenías
razón, toda la
vida seré un
niño)
olvido tus
pesares:
yo vivo entre
cadáveres
pero vivo entre
los míos
( lo cual es
siempre un
consuelo)
y tú sin embargo
recoges y bebes
el polvo de la
distancia.
 
6
Cuando tú te
fuíste leíamos
a Machado,
a Vallejo,
con fervor
descubrimos a
Darío,
Höelderlin
nos lo dio
a leer Carlos
Espinoza,
Juan Ramón
nos alegraba
y sonreía.
Hoy Juan
Ramón yace
olvidado,
Darío es siempre
un poeta lo sé,
pero ya no
me
toca.
Conservo,
(seguramente
también tú)
vivo a Vallejo
y a Machado,
pero hay
otros que
surcan mi
cabeza,
otros que
bajan en las
noches a
tocar la ventana
de mi cuarto.
 
7
Poco te recuerdo:
Sin embargo ahora,
quiero elevar un
canto enorme de
palomas y
cantar a tu
regreso,
que
presiento
durará un
tiempo.
Dos años
ya es mucho,
mucho tarda tu
retorno.

**Cuando leí este poema recordé esta crónica: "A lo lejos"**


Comentarios

Entradas populares de este blog

Mejilla seca

Tomo asiento en la calle Que antes de ayer no existía Y veo pasar rostros Que no son mis rostros Y miradas Que no son mis miradas. Quiero preguntar Si acaso eres tú, ¿Me reconoces? Mientras una desconocida Guiña un ojo, Sonríe, dice adiós Y se pierde entre el resto. Pongo ceño arrogante, Bebo un sorbo, Prendo el siguiente cigarro, Alguien me ve, Se asombra, da la mano un beso... Hace años que un hombre No me besa el rostro. La última vez, Miami tenía menos gente, España, Uruguay, México, Chile... Los hombres que besaban mi rostro Se marcharon un día Y al siguiente Prometieron no volverme a besar. Creo entenderlos Y hasta los perdono. Quizás, yo mismo no les volvería a dar   el cuero de mi mejilla, Mas sería mentir Gruñir que no los quiero. Regresé... y no me encuentro. Ni los... Y hasta los gatos de mi vieja casa Parecen tener Más casa Cuando en un tiempo Inmóviles quedan Y al segundo Corren, Como gritando: Tú quién e...

Alberto Yarini, el "santo" chulo

Cuando las últimas luces del día se extinguieron tras las corroídas y apretadas fachadas del barrio de San Isidro y los relojes marcaron las siete y cincuenta y cinco de la tarde, Alberto Yarini llegó al domicilio número 60 de la calle Compostela para encontrarse con Berta La Fontaine. Pues horas antes había recibido una nota de su propio puño y letra invitándole a verla.  Al llegar, se topó con Elena Morales, una de sus 11 señoras, quien le contó que la joven muchacha de 21 años sin dar muchas explicaciones le solicitó el favor de atender sola la clientela de esa noche. Desconcertado ante la noticia, Yarini y Pepe Besterrechea, su acompañante por pura casualidad, apenas alargaron su estancia para discutir con la concubina algún tema de menor interés y, quizás, tomar un poco de agua o una buena taza de café. Antes de salir a la calle, Elena atinó a adelantarse a los señores para otear el panorama. Sin embargo, no alcanzó a avisar la presencia de varios hombres armados en la acera d...

Miserable oferta

Por: Mario Ernesto Almeida Bacallao  ___________ Aunque me adviertas débil y supongas que el vencerme sea sencillo, aunque mis dientes amenacen con desaparecer antes de tiempo y mis manos, huesudas, anuncien con temblor el ansia, te prometo no caer. Por mi sangre corren los ya no muertos, dispuestos todos, y todas, claro está, a tomar por suyas mis manos y por suyos mis dientes y por suyos mis ojos. Sin alardes de macho proveedor, saldré a la caza y la pesca, sembraré un árbol o cuatro o dieciséis y regresaré a la cueva con algo entre las manos, manos apenas mías que ya ni débiles serán, como yo, que tampoco seré débil para entonces. Calculando tiempos agrios, miserablemente eso te ofrezco: la supervivencia. De los pasajes de avión, la carne de unicornio y el clima nevado para noches de lava... tendrás que ocuparte tú, aunque a mi abuelo, el viejo cromañón, la honra le duela. Tuyo nunca, camarada.           ...