Ir al contenido principal

Nenúnfares y despedidas



Poema para la despedida

Ah, que tú te esfumes,
En la rutina de los cinceles,
Que mancillan una estatua a mi sombra,
En el mármol de los dioses.

Ah, que tú bebas la ambrosía y los elixires,
Untados en aceite los manjares,
Del banquete del Olimpo.

Ah, que tú escapes a mi templo,
Donde la guía de mi credo y mi fe,
Es un beso en la herida,
Haciendo pasión.

Ah, que tu recuerdo me acompañe,
Más allá de la bendición de la primera muerte,
Nítida como el contorno de unos labios,
Aproximandosé en la penumbra,
Y podré decir entonces:
Que he vivido,
Entre miedos y rencores,
Hablando la lengua extraña de los adioses.


Los nenúfares

Por el cauce del río lodoso,
Avanzan los nenúfares silentes:
Entre el olor de los cerezos,
Y el frío precoz de las primeras nieves;
Encerrada en las entrañas de la tierra.

Una geisha pálida lo acurruca,
Contra su frágil seno.
Llega en su rescate el amanecer y el sol naciente,
Cuando una puerta no conduce a todos los caminos,
Se prepara a asumir las consecuencias.

No hay mapa que guie los andares esquivos:
De la naturaleza que,
Reclama lo que una vez fue suyo.
De vuelta en el río,
La corriente intensifica sus fuerzas.
Donde se funden las aguas revueltas del río,
Con la calma impasible del mar.
Los nenúfares se hunden en la profundidad:
Del olvido.

José Manuel Lapeira

Para recibir más poemas suscríbete a nuestro canal de Telegram

Comentarios

Entradas populares de este blog

Romance de la niña triste

Pensando en Raúl Ferrer... (Voy a aprender a escribir/ guajirita desdeñosa/para ponerte una cosa/que me da pena decir. / Qué doloroso sentir/  que llevo dentro un jilguero/ cantándome: —Compañero,/ toma lápiz y papel/ y escribe: “Guajira cruel,/ si no me quieres me muero”). Niña es la niña no inscrita En historietas de hadas. Niña se monta en el viento Y corre como las balas... Niña vive y libre vuela Sin necesidad de alas, Niña nada en lo profundo, Cerca de las mantarrayas Y se trepa por las sogas Sin imaginar las llagas Que después le han de salir En sus manos coloradas. Niña que juega a ganar, Va a jugar y solo gana, Niña, sonrisa de niña, Respira hondo y exhala  Niñez preciosa y robusta Que no cabe en una sala. Niña que al pasado mira Mientras al futuro clama Porque el presente se extinga Y le devuelva las alas, Para correr más que nadie, Para vestir batablanca Y sanar a cada niña Que tal cual ella se abata. Niña allá en el horizonte En los gajos de las matas...

La saeta

Imagen: 123RF Dijo una voz popular: «Quién me presta una escalera para subir al madero para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?» Oh, la saeta, el cantar al Cristo de los gitanos siempre con sangre en las manos siempre por desenclavar. Cantar del pueblo andaluz que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz. Cantar de la tierra mía que echa flores al Jesús de la agonía y es la fe de mis mayores. !Oh, no eres tú mi cantar no puedo cantar, ni quiero a este Jesús del madero sino al que anduvo en la mar! ( Antonio Machado ) Recibe nuestras crónicas y poemas a través de Telegram  

Comer mierda con la poesía

Por Mario Ernesto Almeida Los actores, pude ver, son un poco comemierdas con la poesía. Les interrumpen una puesta en escena y, cuando logran volver a las tablas, aunque hayan transcurrido años, retoman la obra por donde mismo los obligaron a dejarla. La poesía, a veces, son esas pequeñas comeduras de mierda, mierda que marca y mitifica. Quizás se encuentre ahí la causa de que mierda le deseen, incluso en demasía, a todo el que está a punto de abordar un escenario. No hay tablado sin poesía y cuando lo hay… es muy probable que no valga la pena. Cuando se sube hay que llevarla a cuestas sin importar lo que se vaya a hacer allá arriba: Ballet, música, cualquier otra danza, teatro… Si no vas a leerle un poema a la gente, no te subas. Si no vas en busca de la mueca en los rostros –no con la vanidad de verla, sino con la vocación de servicio que constituye provocarla–, mejor no salgas del espejo de tu baño. Sobre las tablas hay que provocar preguntas, hacer pensar, reír, llorar,...