Ir al contenido principal

A la espera

Por Jesús Jank Curbelo


Las cosas de uno forman parte de uno.

La mochila, el teléfono, un anillo.

Son extensiones pequeñas del cuerpo sin las que el cuerpo no funciona bien.

***

Subimos la escalera del Moncada y entramos al museo y la guía fue mostrándonos 
los pabellones. Ordenaba nombres. Detallaba los acontecimientos.

Mi amigo Pepe Alejandro Rodríguez salió del grupo. Fui hasta donde estaba. Lo encontré estático frente a la nota de Raúl Gómez García: Caí preso, tu hijo.

Tenían tu edad, me dijo. Eran niños.

Y en la pared, al lado de la nota, la foto de Tassende con una herida de bala en la pierna. En el suelo. Y los ojos de Tassende. La expresión en los ojos de Tassende.

Pepe lloró.

Conversamos un rato.

Me dijo que eran cosas muy cercanas a la gente de su generación.
Hay otra foto: Almeida está en un banco con las piernas cruzadas y mira al fotógrafo con cansancio; con una guapería melancólica. Fidel mira hacia un punto cerca del suelo con los dedos cruzados; la pierna derecha bajo la silla. Y están Oscar Alcalde, Armando Mestre. En el banquillo todos, a la espera.

Pepe me dijo que cualquiera de esos podía ser él.

Luego, en una vitrina, entre aquellos objetos que la Historia no sabe de quién son, había monedas. Había también las llaves de una casa y había monedas en mis bolsillos. Había también mi móvil y mis llaves.

***

Las cosas de uno forman parte de uno: el uniforme, el paquete de balas, el rifle, los zapatos…

***

El macito de llaves detrás de la vitrina me estremeció. Se me aguaron los ojos.
Pepe me puso una mano en el hombro, me dijo: Jank, ¿qué pasa?

Le dije: Pepe, brother, si uno coge las llaves de la casa, es porque va a volver.


(Suscríbase a nuestro canal de Telegram)


Publicado en Granma


Imagen tomada de Poqbum



Comente qué le pareció lo leído

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aquí estamos...

La chica de alquiler, el pelo en la mejilla, las nubes en los ojos, alguna que otra silla ; sillas que te invitan a mirar p’al la’o, la navaja de un tipo parte otro costa’o. Acostados en su trono están algunos tipos que te dicen: “Aguanta, lo peor no lo has visto”. Los ojos de tus hijos frente a las vidrieras, el café de un amigo, el canto de mi abuela. Oooooh, oooh, oooh jey ye la-la, oooooh, oooh, na na na ye la-la. Oooooh, oooh, oooh jey ye la-la, oooooh, oooh, na na na ye la-la. Aviones regresando con la pacotilla, nostalgias que regresan de la noche al día, los yumas tiran fotos donde más te humillan con lentes que no captan nuestra poesía. La prensa y la TV con la misma noticia: amanece Bagdad con una nueva herida. El mundo dando vueltas gira con la vida, de nuevo el mismo cuento de la bala perdida. Todo el mundo se pregunta quiénes somos y adónde vamos. A la luz a de los faroles, poetas y enamorados. Todo el mundo se pregunta quiénes somos y adónde vamos. Con los pies sobre l...

Canción del amigo

  Poco te recuerdo: Sin embargo, ahora, quiero elevar un canto enorme de palomas y cantar a tu regreso, que presiento durará un tiempo. Dos años ya es mucho, mucho tarda tu retorno. ______ Poema de Javier Heraud                                                                                                    A Degenhart Briegleb,                                                                                                   dégale para algunos   1 Caminamos mucho tiempo juntos, juntos l...

Incertidumbre de soldado

Soy soldado de una guerra sin saber ni el como ni el porqué, solo por haber nacido  donde nací. Cada día puede ser el último, cada día puede ser el primero.  He visto caer a los mejores guerreros y sobrevivir a los peores, he visto visto llorar a los más valientes y sonreír a los miedosos.  He visto quien no ha luchado nada y manda a todos, he visto quien muere luchando sin mandar a nadie.  Todos me dicen cómo luchar pero nadie me dice cómo ganar.  Ante mis ojos se desvanece la esperanza y surge mi instinto de supervivencia, nunca pensé llegar tan lejos, no quiero pensar que llegare hasta aquí. No sé por qué sigo luchando, no se si será mejor rendirse, no sé a quién escuchar ni por quién pelear.  Lo único que sé es que no quiero esta vida; quiero una vida... una vida digna de vivir. (José Orlando Cepero Gómez) Imagen: Pinterest