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Imagen tomada de Rialta |
No pasarán nunca, porque si pasaran
sería como un muerto galope de troncos
sobre la esperanza;
sería como un flojo sonido de barro
que ahogara la risa;
un ciego camino de cuerpos dehechos.
Y se harían espadas los pinos y acero
La cara del aire
y en nuestra cintura de enredaría el odio.
¡No pasarán nunca!
Si pasara, muda
sobre su sorpresa se fugaría el agua.
Se moriría el trigo
y sería de bronce la cara de los niños
y se abrirían pozos de miedo en los árboles.
Sombra de uniformes,
diamantes de espuelas incendiarían todo
matando la vida.
Ya no habría en la tierra sino polvo y sangre,
un enorme y negro cadáver de libros,
una mujer rota y un hombre quemado.
¡No pasarán nunca!
Tendría que en España no quedar un gesto
vertical ni un puño de venas intactas,
ni un grito salvado
ni una raíz libre viajando en la noche
ni un músculo recto sobre la confianza.
Tendría que un mar lento
de huesos quebrados ser tierra. ¡Tendría
que no haber ya España!
Romance de la muerte
“¡Ay la traición que te ronda
con finos pasos de seda!
¡Ay la muerte que va a herirte
por la espalda, Lina Ojeda!”
¿Por qué no lo dijo el sol?
¿Por qué mudas las estrellas
quedaron cuando saliste
con los ojos en dos vendas?
A los moros te llevaron
como una niña indefensa.
Donde tu sangre cayó
dicen que aún llora la tierra.
Muerta fue que te cogieron
y te violaron ya muerta,
cuando una bala habías puesto
a dormir en tu cabeza-
Allí quedó tu fusil,
Callado, en la carretera…
Granada vio tu cadáver
arrastrado por las piedras,
tu cuerpo sin vida en manos
de la legión extranjera
¡y se ha quedado Granada
temblorosa de vergüenza!...
Lina Odena, Comandante,
Camarada, Lina Odena,
jefe de la juventud
de España y toda la tierra:
El camino que tú hiciste
ya lo hará la gente nuestra.
Ya lo harán los nuestros, vivos,
como tú lo hiciste muerta:
Ciudad que guarda tus huesos
no puede Franco tenerla,
¡por el honor de Granada
y el honor de España entera!
Tú tienes niños, Madrid
Tú tienes niños, Madrid,
–¡quién, como tú, no los tenga!
Niños, para los aviones
de Franco, débiles presas.
Niños ciegos, mutilados,
lentos ríos de carne nueva
que el porvenir te naufragan
en su olor de fruta muerta.
“¡Tú tienes niños, Madrid!”
–Y todas las madres tiemblan
y la angustia eleva en ti
miles de manos abiertas…–
“¡Tú tienes niños, Madrid!”
–Y el viento, herido, se quiebra
en un gran golpe de espanto
que hiela el ansia en las venas…–
“¡Tú tienes niños, Madrid
niños que la muerte acecha!”
Y hay un gran grito, un gran grito
que va a ti desde estas tierras,
que atraviesa las montañas
y los mares atraviesa:
Madrid, queremos que a ellos
nuestros pueblos los protejan.
Los niños son tu esperanza,
¡son tu esperanza y la nuestra!
Madrid tus niños… ¡Aquí!...
¡América los espera!
Poemas transcritos del libro Mirta Aguirre: España en la sangre, España en el corazón, durante la madrugada del 11 de junio de 2020.
3:48 am.
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